si septiembre hubiese perdido algún color, quizás tú y yo tampoco sabríamos a primavera
cuando octubre rimó en tercera con nube, el cuaderno abierto se perdió en el armario -de tus besos
si el olor tuviese memoria, te volvería a pedir mildoscientas veces, «enciendeme otra vez aquella historia»
Pero ahora entiendo que el amarillo fue siempre el hilo del que tiran los recuerdos y el otoño, solo otra excusa para levantarse con sueño.