Aquellas tardes en amarillo

Todavía recuerdo el día que sonaban campanas,
no hacía tanto tiempo, los domingos huían la misa.

No éramos tan pequeños, faltaba poco para llegar a viejos.

Yo te posaba la mano, tú me pesabas la risa.

Ayer es solo hoy cuando lo piensas,
mañana olía a ese color azul con aires de brisa.

Me gustan las tardes que suenan a amarillo,
nadie las busca, ellas te encuentran. Pierdes sin prisa.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s