Muchos lo intentan.
Enseguida nos hicimos amigas de José. Acabábamos de llegar a La 72, refugio para personas migrantes, y José nos preguntó si sabíamos de algún trabajo por la ciudad (Tenosique). Hablamos de la furgoneta en la que viajábamos, del viaje hacia el norte –necesito trabajar y ahorrar dinero-, hablamos de Honduras, de mi hermano pequeño, que viaja conmigo, de que allá casi no me queda familia, de que las cosas ya están muy mal, de que lo he intentado muchas veces pero tal vez esta sea la definitiva, de que esta vez me lo voy a tomar con calma. José reía a pesar del relato y el relato de José, después de muchos días de compartir, acabo siendo nuestro.
La de él era la historia de tantos y tantas jóvenes huyendo de Honduras, no solo por la falta de oportunidades sino, sobre todo, por una existencia sobrexpuesta a la violencia.
Unos lo logran y otro no.
Llevábamos semanas de recorrido por los albergues de migrantes de la frontera sur de México. Estábamos allí para estar, rozar la realidad, compartir experiencias. Estar, vivir, compartir. Lo abstracto del presente lo construye en infinitivo. Con el colectivo Cine de Plano, íbamos mostrando películas, cortos centroamericanos y un documental sobre mujeres migrantes, María en tierra de nadie. No era fácil, siempre el mismo debate antes de mostrar el documental. ¿Tenemos derecho a mostrar a estas mujeres, así, ahora, sin filtros, el horror al que están apunto de enfrentarse?
Nunca obtuvimos respuesta. Unas veces lo proyectamos y otras no. Gracias por mostrar nuestra realidad. Ya una tiene miedo como para ver estas cosas. Nos llegaban comentarios pero nosotras nunca logramos respondernos ¿Tenemos derecho?
Los albergues estaban llenos de niños, niñas y adolescentes y además de la ultrapremiada La Jaula de Oro andábamos detrás de un documental que no lográbamos encontrar y del que todo eran buenas críticas, Which Way Home, sobre el recorrido encima de La Bestia y a lo largo de México de un grupo de niños centroamericanos. Nominada a los Oscar como Mejor Documental, la cinta muestra de cerca y sin filtros la radiografía de su experiencia, desde el origen -origen con vuelta, hasta el destino -el norte, los Estados, el Sueño Americano.
Llevábamos semanas buscándolo sin éxito, pero nada más llegar a La 72, Fray Tomás nos dejó un puñado de documentales sobre el camino. Y allí estaba nuestro documental, con la cara de dos niños subidos a La Bestia en la carátula.
Muchos lo intentan.
Mientras proyectábamos La Jaula de Oro, José se acercó a Andrea. Hace unos años, salí en una película. Una americana nos grabó a mi y a un amigo subidos en el tren, en los albergues…todo el camino. Pero, ¿cómo se llamaba la película? Cuál es el camino a casa, o algo así.
José estaba allí, en la carátula de la película la cara de uno de los dos niños era la de José. Diez años más joven -ahora tiene 23- la cara de José era la protagonista del documental que llevábamos buscando semanas.
Diez años mas tarde, José seguía intentándolo. Había llegado dos veces y había sido deportado muchas más. José seguía intentándolo sin responderse cuál era el camino a casa.
Una vida en el camino. Unos lo logran y otros no.
*Este post forma parte del concurso de posts solidarios de los II Premios al Voluntariado Universitario.
*** Escucha el programa de Punto de Fuga, «Niños al lomo de la Bestia», en el que participo.
*** Lee el reportaje que publiqué en El País, «Migrar como última escapatoria».
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