Una camina para reencontrarse con el tiempo perdido
y desde allí -mirada clavada en el paso de las horas-
disfrutar del instante presente.
Una camina para ir soltando piedras de la mochila
y reconocer siempre un camino por el que volver
-quizás algún día o quizás ya nunca.
Una camina porque no encuentra mejor manera
de recorrerse a si misma y de respirar
a todos los seres con los que alguna vez ha caminado.
Una camina para habitar el tiempo paso a paso.
Una camina sin saber por qué camina.
Una camina por caminar.