Siguiendo por los finales, la noche se hizo corta. Porque si algo se disfruta en Addis son las noches con las luces, el rastro de los pasos, los coches sin intermitente. Y quien me iba a decir a mi que la cerveza hecha en casa iba a ser algo asi como el vozka a palo seco y que, sin buscarlo demasiado, acabaria yo hablando tanto mas de lo acordado. La resaca se hizo dura pero una hora de cola para el cine y aquel dramón en amharico hizo que revivieran los 20 años del calendario.

El caso es que antes o después de aquello, alli fui con Thomass y Bro a subirnos entre las nubes. Siguio siendo algo temprano. Entoto Mountains, antigua capital de Etiopia desde donde la emperatriz divisó lo que mas tarde acabaria siendo la nueva flor (o Addis Abeba) y alli se quedarían las viejas, los pajes y por supuesto, las iglesias.

Un tiempo antes tambien mascamos chat –lo mismo, sin buscarlo demasiado-, bailamos reagge y comimos con las manos. Discutimos, acordamos y por el camino me di cuenta que Haile Selassie sigue siendo el rey de reyes, Leon de Judah,  pero que ya todos saben que el pais se hundio un poco mas por su culpa y menos por los de abajo. Tambien aprendi hablando que, sabiendo algunos datos, te ganas la sonrisa de mas de tres o cuatro. Es decir, por ejemplo, que el emperador Tewodros fue un Robin Hood de la epoca y te salen amigos por todos lados. Y ya no te cuento cuando sabes que no hay uno sin dos y que mas vale pedirlo por adelantado.

A todo esto sigo pensando que lo de volver a tener los 20 es precisamente eso, quitarte siete y me llevo otros cuantos. En fin, que es lo mismo si no lo miras demasiado.

Dejaremos la nueva flor y ya lejos de Addis buscaremos al Nilo cuando nace y algo del Arca que Indiana quiso llevarse. Si me subo por las nubes y allá arriba me quedo sin hablarlo, no te preocupes demasiado, tu ya sabes que todo me dura solo un rato.

Todo esto para decirte que estoy bien y que ando cantando. Tambien para contarte que las tildes y las faltas son solo un formalismo y que si algo aprendo cuando viajo es que nos sobran demasiados.