Lo he vuelto a hacer o ha vuelto a ocurrir. Tomároslo como queráis pero he vuelto a dejarme olvidada en otro lugar del mundo una de las pertenencias que en realidad –y esto en mi defensa- podrían abandonarle a cualquiera. Si en Senegal fui dejando pantalones; en Ponfe el acento; en Malawi linternas …en Lanzarote nos dejó –alegando cierta necesidad de independencia- la pareja izquierda de mis zapatillas de montaña. Ya veis que mi despiste no supo nunca de ideología, religión o decadencia. Y sino que me recuerde las más de 20 lentillas que se quedaron encima de la cisterna..

Una semana después de mi regreso por fin tocaba hacer limpieza y sacar de la mochila las cosas o pertenencias. Y fue entonces –insisto, siete días después- y no antes por la urgencia de esa necesidad extrema que te surge cuando no hay más remedio e intuyes el final de los restos de “muda” limpia que te queda. También fue una semana después cuando sentí el reproche de la pareja de zapatilla que se sabía en cierta manera abandonada. Una semana sin percatarme de su soledad. Se que podré buscar la luz, encontrarla y devolverle a ambas su rutina. Pero también soy consciente de que esa zapatilla derecha nunca volverá a ser la misma.

En mi afán de buscar soluciones sin coste o daño añadido –y demostrarle de paso a mi madre que siempre acabó cosiendo el roto o el descosío- he decido poner todo mi empeño en lograr que alguien me la traiga de vuelta de Lanzarote. En el aeropuerto me han hablado de mandar un mensajero pero yo –siguiendo con aquello del low cost o del coste cero- voy a tratar de encontrar a alguien que de la isla de los volcanes tenga vuelo directo al aeropuerto del Manzanares. Mis amigas piensan que son cosas del destino, que como a Cenicienta con esto de la zapatilla me va a llegar por fin el partido… Pero yo sólo insisto en tratar de devolver a mi zapatilla izquierda la sonrisa evitando, con eso y con todo, cualquier tipo de desembolso.

Desde aquí lanzo el llamamiento: a todos y todas los que conozcáis persona que vuele con vuelta a Lanzarote, por favor, que guarde un hueco y nos traiga la zapatilla de vuelta.  En el aeropuerto también me han dicho que me la guardan unos días así que lo mejor es que entre todos corramos la voz y pasemos el mensaje.

Para sugerencias y consuelos me podéis contactar en la cuenta buscomizapatilla@gmail.com.

Ayudadme a recuperar mi zapatilla izquierda y la sonrisa de la del pie derecho. Y si para lograrlo tengo que llamara a Bisbal y a sus influencias en el mundo turismo..por ella, ya todo me da igual que me da lo mismo.